Gozosa en tus redes he
caído,
puse a mis ojos venda.
No he querido y he sabido,
que plumas y alas son de ave,
pico y garras de presa.
Siendo halcón peregrino,
ilusa de mí creía,
que la voz de mi reclamo
a mi lado te ataría
y nunca en otra mano
tu cuerpo reposarías.
Arrepentido regresas,
desprendido de tus galas,
agachada la cabeza,
cortadas pico y garras:
¡Eres paloma mensajera!
Pero es tanto lo
aprendido,
que me he vestido con tus
prendas,
y es tanto el dolor
infringido,
que he volado del nido.