El paso
inexorable del tiempo
revive aquel fatídico día,
revive aquel fatídico día,
presente
en mi alma cada instante,
rememora,
sangra mi herida.
Veintiuno de marzo,
primer
día de azahar... ¡primer día!,
la vida, creando hermosura ,
cruel ironía,
fue marchitando la tuya.
Y en esa ruleta del tiempo que va
girando, y
gira, gira y gira...
He buscado tu voz
en cada
murmullo del aire.
Tu luz
y tu amor,
en cada
estrella brillante.
El calor de
tus brazos
desde montañas a valles,
desde montañas a valles,
en cada
brizna de hierba,
en cada
gota de lluvia,
en cada suspiro del viento,
en cada
semblante amable...
He
buscado en cada flor
tu aroma
y tu belleza,
y el consuelo de tus palabras
por cielo,
mares y tierra...
Pero el
frio invierno de tu ausencia
ha
arraigado en mi interior
y aun hoy
día a mi corazón
no ha
llegado la primavera.